sábado, 16 de noviembre de 2019

N° 38 CHILE DESPERTÓ (edición especial)


Blog 38
CHILE DESPERTÓ 
(edición especial)



Atacama número 38 ofrece en esta oportunidad una edición especial a partir del estallido social que vivimos en Chile y que se ha simbolizado en la expresión “Chile despertó”. Le preguntamos a algunas personas de nuestra comunidad parroquial acerca de aquellas demandas ciudadanas que les parecen más importantes. 

Nos parece interesante aproximarse a esta situación que vivimos a través de estos testimonios desde un lugar apartado de los grandes centros urbanos. En efecto, en las líneas que siguen vemos cómo la distancia geográfica tiene serias consecuencias en la vida cotidiana de la gente.







José Aravena Luna














Soy José Sebastián Aravena Luna, tengo 61 años, penando para los 62. Actualmente estoy trabajando como guardia de seguridad. Por las circunstancias de la edad ya no me reciben en las empresas en lo que es mi rubro: la minería. Trabajaba en trabajos subterráneos, desarrollo, manipulador de explosivos. 
Con los años de trabajo pesado en la minería me he enfermado de varias cosas. Yo tengo muchas enfermedades profesionales que no han sido reconocidas por la empresa: desgaste de vértebras, tierra al pulmón -silicosis-, dolores articulares, problemas auditivos. Nunca la empresa nos quiso reconocer el trabajo pesado. Nunca nos hizo el convenio para poder optar por una pensión digna.

En la ACHS (Asociación Chilena de Seguridad) siempre a uno lo sacan bien, y uno no está bien. Nos hacen los exámenes y dicen que puede seguir trabajando. No sé si están coludidos con las empresas, porque nunca dan un diagnóstico claro de que uno está enfermo. Yo camino un poco y me canso mucho por la silicosis. Por años vienen detectando que tengo problemas de hipoacusia (por mi trabajo con explosivos). Eso me ha traído problemas en el trabajo: yo veo que están hablando, pero no logro distinguir lo que me están diciendo. Siempre me dicen: “El próximo año te vamos a mandar a evaluar a Santiago”. Al año siguiente, lo mismo: “El próximo año te vamos a mandar a evaluar…” y eso no ocurre nunca. Declarar mis enfermedades le implica gastos adicionales a ellos. Por eso nunca lo han querido reconocer. 

¿Qué le han parecido estas protestas?

Para mí son buenas estas protestas, por el problema de las jubilaciones, el problema de las AFP. Uno no logra juntar un monto considerable. Yo he tenido pérdidas tremendas en la APF: no recuerdo bien si en el en el 2007 o 2008 yo tenía sobre 36 millones de pesos y me dejaron como 24. Por la crisis asiática -dijeron-. Explicaron que habían tenido malas inversiones, que habían perdido dinero. Sacaron del monto de los cotizantes para recuperar esa plata. ¡Eso no es justo! Son administradoras de pensiones y no financieras. Yo calculo que sacaré una pensión de unos 180-200 lucas. Y uno que tiene hijos chicos estudiando, es difícil… problemas de salud. La AFP juega con nuestros fondos.


Enrique Pizarro

Soy Enrique Pizarro. He trabajado muchísimos años en la feria. Acá, en Chillán. Ya hace más de 20 años. He criado a mis hijos con esto.

¿Qué reclamos del movimiento social les parecen más importantes?

Yo creo que hay que cambiar derechamente la constitución política de la República. Creo que es una cuestión fundamental. Por ejemplo, el art 19, n. 24 posibilitó que el año 81 tuviéramos un nuevo código de aguas, con las consecuencias que ha tenido eso para las comunidades. Pienso en Petorca o aquí mismo en Diego de Almagro, donde una minera nos contaminó los pozos de agua con cianuro. Se está ocupando el agua en beneficio, sobre todo, de los grandes empresarios agrícolas con un gravísimo daño a los pequeños agricultores, los que han mantenido la agricultura tradicional.

Otro asunto muy delicado es el que está planteado en el Art 19, n. 21 -que ha reflexionado muy bien el especialista Mario Verdugo Marincovich-, lo que ha definido el Tribunal Constitucional que reduce al Estado a un rol meramente subsidiario, por el cual el Estado no se debe meter en actividades económicas que puedan realizar los particulares. Entonces, eso es una visión que necesita un cambio en la Constitución, porque así se posibilitaron las carreteras concesionadas, las AFP, las Cínicas, los Colegios particulares… y suma y sigue.

En relación a la minería, creo que es importante una revisión profunda a la Ley 19.300 y el decreto 40, en términos de su aplicación. Así también el decreto 600. Cómo se forman estas grandes compañías en el extranjero, cómo se constituyen las sociedades en paraísos fiscales. Por ejemplo, Casale, que tiene alguna relación con Barrick Gold, el 2006, le vendió el agua tanto de “Piedra Pome”, como de “Los Arroyos”. También cómo estas empresas se autoprestan plata a intereses onerosos y prácticamente no se pagan impuestos en Chile. En esta línea nos podría iluminar bastante el libro de Julián Alcayaga, “Manual del defensor del cobre”. 

Hay empresas que no pagan nada en Chile, porque el gasto es mayor que la utilidad. Y el gasto está precisamente en los intereses muy altos que contratan ellos en el extranjero. Sería interesante averiguar cuánto tributaron el conjunto de las empresas del cobre en el norte de Chile o en Chile en general, y cuánto aportó Codelco. Se van a encontrar con grandes sorpresas. Incluso hay una distorsión en cuanto a la mano de obra. La mano de obra que aporta la gran minería del cobre es bastante baja en relación a toda la masa laboral chilena. Son cifras que tendríamos que sincerar y hablar con la verdad. En mi opinión, nosotros estamos entregando, a cambio de nada, toda la riqueza de nuestro país, con un daño profundo a las generaciones que nos van a suceder. Tenemos que ver cómo algunos políticos que están administrando actualmente el Estado están prácticamente hipotecando el futuro de nuestros nietos.

¿Cree que se avanzado en Chile en el cuidado del medioambiente?

No, en absoluto. El otro día me tocó una participación ciudadana de una ampliación de un proyecto fotovoltaico, y me sorprendió muchísimo el último video de promoción del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). Ahí se decía que el sistema chileno de evaluación ambiental es tan macanudo que vienen de diferentes países de América a estudiarlo. Yo me quedé con un sabor tan amargo, pensando que el Servicio de Evaluación ambiental autorizó un tranque de 314 millones de toneladas sobre nuestras cabezas. Un tranque que está a 7 kilómetros del pueblo y que, en caso de un accidente, no tiene otra salida de evacuación que el pueblo mismo. O pensando en la contaminación con cianuro del pozo de Asiento que nos abastecía de agua potable. Pienso en la diferencia con Europa, donde está prohibido utilizar el cianuro en el proceso de extracción del oro. Pero en Chile toda la minería del oro todavía trabaja con cianuro.

Pareciera que en Chile la lógica ha ido en sentido contrario a Europa: menos Estado para que los particulares puedan desarrollar sus actividades económicas.
En Chile, las empresas no cuidan de verdad el medioambiente. Para ellos la premisa fundamental es abaratar los costos para aumentar las ganancias. Y un cuidado real del medioambiente significa un mayor gasto. Además, las empresas tampoco respetan aquel cuidado medioambiental al que se han comprometido. Es lo que hemos visto que ha pasado con las empresas en Concón- Puchuncaví. Se ha confiado en la autorregulación de las empresas y eso no ha funcionado. Los servicios de control actuales son muy precarios. ¡En toda la región de Atacama solo se cuenta con 4 supervisores!


Eva Carreño Salazar, 44 años





















¿Qué reclamos del movimiento social les parecen más importantes?

En mi caso la salud. Tengo una de mis hijas muy complicada de salud. Tiene un cuadro de asma. Estoy esperando hace más de un año una interconsulta. A ella tenía que haberla visto un otorrino, pero no hay hora para el otorrino. Hace más de un año la vio un especialista y, desde ahí, no ha vuelto a verla. Así también la salud de mi papá. El es operado del corazón y hace más de un año que no lo ve el cardiólogo y está sin medicamentos. Está esperando que le den una hora para cualquier cardiólogo en Copiapó. Él no puede estar sin medicamentos. Eso es lo que me complica.

A mi hija la ve el pediatra todas las semanas, pero para el otorrino hay que viajar a Copiapó… cuando nos den la hora. Su asma ha estado bien complicada, descompensada. Un día me llamaron que tenía la hora. Llegué a Copiapó y me dijeron que el médico no iba a atender.


Marcela Cabrera, Waldo Campusano
















¿Qué reclamos del movimiento social les parecen más importantes?

Marcela: Creo que todos los reclamos son legítimos, pero uno de los puntos esenciales para mí es la Constitución. Creo que debe haber un cambio para que tengamos esos derechos resguardados. Tenemos una Constitución hecha en dictadura que no ha sido validada por la gente. Esa es la base para que lo demás se pueda solucionar. ¡Son muchas las demandas! Y eso a través de un mecanismo participativo no a 4 paredes. No puede ser un proceso hecho por una elite. 

Las AFP es lo que más complejiza nuestro diario vivir cuando pensamos en nuestro futuro. También la salud, la educación los sueldos. La AFP hace que exista una feminización de la pobreza: las mujeres somos más pobres que los hombres. Es necesario el resguardo de un sueldo equitativo con los hombres. No aparece en la Constitución una definición más clara de los derechos de la mujer. Aparecen solo como derechos humanos.

En Diego de Almagro un problema importante es la falta de trabajo. Si lo hay, no es para los que vivimos en la provincia. Debería haber un sistema en el que el código del trabajo asegure la contratación de mano de obra local. Actualmente es voluntario, de palabra, pero no hay cómo exigir la contratación de mano de obra local. Además, muchas empresas no pagan aquí sus patentes. Los dineros se van a Santiago y no quedan aquí en la comuna de Diego de Almagro o en la Provincia de Chañaral.

Waldo: Actualmente existe una gran diferencia entre los trabajadores contratistas y los de planta de Codelco, en cuanto a las regalías. Por seis meses o por tener un contrato indefinido ya tiene un bono. Y tienen muy buenas gratificaciones por años de servicio.

Un problema serio es que los trabajadores que tienen silicosis ya no pueden ser admitidos en otras faenas mineras. De manera periódica se nos manda para que nos hagamos exámenes en la ACHS o en otras clínicas, y esos resultados quedan en el sistema. Si a uno le detectan silicosis, no lo admitirán en ninguna minera. Basta que revisen el sistema. Para el que se enferma no hay ningún seguro. Sales a morirte no más, después de haber entregado un montón de años de trabajo.

Marcela: también nuestro sistema de salud es malo. Estamos alejados de los centros urbanos. Tenemos un hospital comunitario que no tiene especialistas. Lo más cercano es Copiapó que queda a 1 hora 45 de viaje, y hay que pagar 10 mil pesos ida y vuelta.

También las comunas deberían manifestar que necesitamos descentralización. Una equidad no solo entre personas, sino también entre regiones. Descentralización de los recursos para la salud, la educación. No es lo mismo vivir en esta comuna que en Santiago o Iquique o Vallenar. Por ejemplo, nuestra nieta necesita una kinesióloga renal y solo hay dos en La Serena y otra en Antofagasta. Ella se atiende por Fonasa, pero por el sistema privado y debemos gastar cada semana para que viajen ella con su mamá a La Serena. Si se atendiera por el sistema público tendría que esperar 2 o 3 años para que llegue la interconsulta.

En esta zona debería haber, al menos, un dermatólogo, un broncopulmonar por la exposición que tenemos a los contaminantes, un oncólogo. Así también, especialistas en salud mental. Hay un solo COSAM en la región.





























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