viernes, 31 de mayo de 2019


MISIÓNATACAMA
N° 24 - 26 de Abril de 2018
Editado por comunidad Atacama SS.CC. - Diego de Almagro
Próxima Edición 16 de Mayo 2018

Bendita Rutina


Inicio de la Catequesis
El domingo 14 de abril comenzamos con el primer año de la catequesis. Nuestra misión en los campamentos de Diego de Almagro ha dado fruto, pues nos han llegado muchos niños nuevos. En estos momentos son cerca de 40. El grupo de segundo año son 9 niños.
Todos los domingos los niños llegan a las 10:30 para su reunión de catequesis. A las 11:30 hay un tiempo de recreo y, luego, a las 12, todos participan de la misa de niños. Son varias las mamás que participan en esta eucaristía. Y, como suele suceder, llegan muchos adultos a esta misa de niños porque les gusta más.
El sábado en la tarde iniciamos también el grupo de catequesis de adultos. Llegaron unas 10 personas, un número que todavía puede crecer. Felicitamos a estos adultos que han tenido las ganas y la valentía de hacer sus sacramentos en este momento de la vida. Ahí nos hemos encontrado con otro desafío que tendremos que asumir: algunos de los adultos que llegaron no saben leer ni escribir. Un verdadero desafío para la manera de hacer la catequesis y para comenzar a armar un grupo de alfabetización.
Asimismo, ha comenzado el grupo de prejuvenil y de segundo año de confirmación. Todavía falta conformar el grupo de primer año de confirmación, pues la llegada de jóvenes ha estado más lenta.  

Se ha activado también una comunidad formada por los jóvenes que se confirmaron el año pasado. Ellos han decidido iniciar un trabajo se recreación (2 veces al mes) con los niños de la Villa Emergencia. Algo parecido a un CEVAS.
Gracias a Dios, hemos logrado armar un buen equipo de pastoral juvenil, lo cual, sin duda, le va a dar mucha vida a la parroquia. Este año tenemos un gran desafío: organizar el 24 de noviembre el encuentro juvenil diocesano que se realiza con ocasión de la Pascua de Don Fernando Ariztía. Seremos los anfitriones de varios cientos de jóvenes que llegarán de toda la diócesis.

¿Aers? ¡Aquí se respeta a los inmigrantes!

Como en tantos lugares de Chile, aquí en Diego de Almagro se han dado también situaciones en que no se ha respetado la dignidad de los inmigrantes.
En una de las empresas de Diego de Almagro ocurrió un robo de unas carretillas. Un inmigrante haitiano descubrió el portón de la empresa abierto un día por la mañana. Alguno de los de la empresa comentó: “Fueron dos negros”. Eso fue razón suficiente para que culparan y echaran a los dos haitianos que trabajaban allí, sin haber pruebas y, menos, una investigación. Luego fueron carabineros a allanarles el domicilio buscando las especies robadas (¡buscaban las carretillas hasta en los armarios!). Lo hicieron sin contar con una orden judicial. Los haitianos se sintieron muy humillados. Uno de ellos, pastor bautista, les decía a los jefes y colegas: “Yo rezo por ustedes todos los días, ¿cómo pueden pensar que les voy a robar?”
Pues bien, se coordinaron la parroquia(representada por Javier Cárdenas), laMunicipalidad, (representada por la concejala Marcela Cabrera) y el presidente de la CUT local, para presentar una denuncia. Se les advirtió a los dueños de la empresa y a carabineros acerca de las muchas irregularidades del procedimiento. Se revisaron las cámaras de seguridad y se probó que no habían sido los haitianos. Los dueños de la empresa se disculparon, ofrecieron recontratarlos de modo indefinido y pagarles una deuda de arriendo que ambos haitianos tenían. Se les dio el plazo de una semana para cumplir con estos acuerdos.
Es una buena señal para los dueños de empresas para que tomen conciencia de que en Diego de Almagro no les será tan fácil pasar por encima de los derechos de sus trabajadores.

Curso de español
Con mucha alegría se retomó las clases de español para nuestros hermanos haitianos. Para eso ya contamos con dos jóvenes egresadas de enseñanza medía y que nos ayudan en este hermoso desafío.

Ellas son Monserrat Morales y Javiera Castro. Ya vamos en la 4° o 5° clase. Las primeras clases no parecían de español sino de mímica para poder entenderse. Sin embargo, ya se van dando pasos significativos de los alumnos y alumnas. En la comuna de Diego de Almagro hay unos 12 haitianos más o menos. La mayoría viene de Santiago en búsquedas de mayores oportunidades y para eso el idioma es lo primero.

Salón en calle Lastarria
En la calle Victorino Lastarria 717, existía un salón en el que se congregaban, sobre todo, personas de la tercera edad para talleres de formación y diversas opciones de recreación. Con el aluvión del 2015 ese salón quedó en muy malas condiciones, por lo cual hubo que demolerlo.
Desde el año pasado teníamos la intención de reconstruir un salón en ese lugar, como un espacio recreativo y cultural para jóvenes y personas de la tercera edad. Así también podría ser un buen lugar para los encuentros de algunas de nuestras 7 comunidades cristianas de base (ccbs).
Gracias a Dios, nos hemos ganado un proyecto de construcción con la fundación “Trabajo País”. Durante la tercera semana de julio una treintena de jóvenes de la Universidad Católica vendrán a construir un nuevo salón. Pero para que eso sea posible tenemos que tener listo el radier tres semanas antes. Y como nuestras arcas parroquiales están un poco escuálidas, vamos a hacer un Bingo el 23 de junio para juntar parte del dinero que necesitamos. Así es que será muy bienvenido cualquier premio que alguno de nuestros lectores quiera donarnos.



Padre que estás en lo alto

Un día de estos Gabriel se subió a la torre de la Iglesia para arreglar una de las campanas que se había atascado. Se amarró un arnés y se encaramó en las alturas.
En eso llega una persona que le pregunta a Javier: “¿Está el padre?”, a lo que Javier responde: “Sí está allá arriba”, apuntando hacia arriba con el índice. “Sí sé que está en el cielo”, le dijo el feligrés algo molesto. “No, está allá arriba arreglando las campanas”, replicó Javier. 😊 😊 😊

ROSTROS

Las dos Cristinas
En estos últimos días fallecieron dos personas de la comunidad de nombre Cristina. Hemos querido compartir con Uds. una breve reseña de cada una, como una manera de homenajear a estas dosmatriarcas.

Cristina Molina Leiva (entrevista a Cecilia Tabilo, casada con un sobrino de Cristina Molina)
Ella llegó a Pueblo Hundido en el año 1930 y ya no se fue más. Sus papás eran muy católicos y, algo muy importante: la casa de los sacerdotes daba con el patio de su casa. Por eso era habitual que los sacerdotes estuvieran en su casa. Su papá murió muy joven, de un infarto.
En esta parroquia recibió la primera comunión y la confirmación. Algo muy importante fue el grupo juvenil en el que estuvo varios años. Ella era muy feliz ahí y hablaba siempre de ese grupo.
Cuando tenía poco más de veinte años comenzó a hacer catequesis en su casa. Fue siempre muy dedicada a las cosas de la Iglesia. Ese era su mundo, porque ella no tuvo una vida muy normal -eso de ir a fiestas, de ser buena para el baile-. Ella era distinta. Siempre fue señorita… ¡pero señorita señorita! Su vida era en la parroquia con sus amigos y amigas.

Cuando ya era más grande formaron la primera comunidad de base en La Antena. Y, más tarde trabajó en el Jardín Infantil de la Parroquia, que se llamaba “Padre Negro”. En ese tiempo la parroquia tenía un comedor al cual llegaban la mayoría de los niños del jardín infantil. Trabajó ahí junto a la señora Cristina Hidalgo, que falleció pocos días antes. De hecho, la noticia de esa muerte la afectó mucho. Varias mamás de esos niños del antiguo Kinder estaban en su funeral.
Después dejó de trabajar con los niños y comenzó a sersecretaria de la parroquia, cuando era párroco el padre Juan Almena y, luego, siguió con el padre José Serrano. Fue la primera secretaria de la parroquia, más o menos entre los años 1979 y 1992.
Cuando dejó de secretaria siguió participando en la comunidad San Pablo, su última comunidad de base.
Ella fue siempre muy cercana: muy mamá de sus sobrinos y sobrinas y muy mamá de mis hijos. Especialmente mi hija fue muy cercana a ella.
Lo que más me impresionaba era su sentido de pertenencia a la parroquia. Siempre estaba preocupada de su comunidad, alegre cuando veía a la comunidad viva, con harta gente. Era feliz cuando se iba a realizar un bingo porque había que arreglar alguna cosa. Era muy generosa y buena pa’ la talla: en los encuentros de comunidad siempre contaba sus chistes -siempre que no estuviera el padre-, “porque nos puede excomulgar -decía riéndose”.  
Ella siempre perseveró en la comunidad, incluso en los momentos difíciles. Tenía un dicho: “Uno sigue a Dios, no a los hombres”.
Amante del rosario. Rezaba todos, todos los días. Venía siempre al mes de María. Lo dirigía cuando era necesario. Era una mujer de mucha fe.
Tenía su lado vanidoso, pues le gustaba que la vieran bien arreglada. De hecho, cuando dejó de teñirse el pelo, dejó de venir a la comunidad. Pensaba que la gente la iba a ver como enferma. No quería que la vieran llegar en silla de ruedas (se había fracturado una pierna y tenía problemas en la cadera).  No sé si era vanidad o algo de depresión. En el último tiempo no había forma de sacarla de su casa. Le costaba hasta cuando le decía que fuera a comer a mi casa que queda al frente.
Cuando estaba en el hospital, fue increíble la cantidad de gente que la fue a ver. Todos pasaban, la tocaba y rezaban en voz alta, para ayudarla a partir. Quedé conmovida con la fuerza de esas oraciones. Estuvo muy acompañada.
Le afectó mucho la muerte de su amiga Cristina Hidalgo. Cuando supo que ella había pedido que a su funeral llevaran alimentos en lugar de flores, comentó: “Dios quiera que se haga una costumbre… porque las flores se pudren”.

Cristina Hidalgo Hidalgo (entrevista a su hija María Rojas Hidalgo y a las integrantes de lacomunidad cristiana de base San José)

Mi mamá murió a los 88 años. La verdad es que no esperábamos que se fuera tan repentinamente. Parece que, a causa de una bronquitos tuvo un episodio de glicemia muy alta (le llegó a 500) que la debilitó mucho.
Yo soy la hija mayor; tengo una hermana y un hermano.
Ella siempre quiso ser monja, pero no la dejaron. Estudió en la Escuela Técnica en La Serena y quería seguir estudiando, pero no la dejaron, porque la familia no tenía los recursos. Tuvo que quedarse en la casa.
Con las señoritas Molina tenían un equipo de básquetbol. Jugaban siempre para la Fiesta de la Primavera. Antes se hacían muchas de esas cosas que hoy se han perdido.
Ella participaba en todas las cosas de la Iglesia. Era una mujer totalmente entregada. A la hora que la llamaran, dejaba lo que estaba haciendo y partía. Iba a todas las actividades: retiros, encuentros de formación, etc.

Fue muy buena madre. Cuando éramos niños, lo único que quería es que fuéramos a estudiar afuera. De hecho, a mí me mandó a estudiar a los Sagrados Corazones de La Serena, y mi hermana igual. A mi hermano lo mandó al seminario. Yo era muy allegada a ella, porque era la única que la acompañaba a la Iglesia. Nos enseñó que estuviéramossiempre cerca de Dios.
[Sus compañeras de comunidad]
Fue catequista durante muchos años. Acogió muchos niños y jóvenes como sus ahijadas y ahijados. Ayudó a formar la ccb San José, de la cual fue animadora por unos 15 años. Nos enseñó a ser constantes en nuestra presencia en la comunidad. Ella se ofrecía siempre para cooperar. Para los eventos parroquiales hacíamos empanadas, sopaipillas, hasta vino navega’o.
Su trato era siempre amable, aunque también exigente. Le gustaban las cosas derechitas. Era muy puntual y nos exigía puntualidad. Nos pedía mucho que cuidáramos la comunidad. Ya la estamos extrañando…



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