MISIÓN ATACAMA
Nº 12 – 07 de septiembre de 2017
Editado por Comunidad Atacama SSCC – Diego de Almagro
Aparece cada 15 días. Próxima edición: 22 de septiembre de 2017
NUESTRAS DISCULPAS a todos nuestros lectores,
por el atraso en el envío de nuestro blog quincenal.
Ausencias de miembros del equipo
y exigencias de otros trabajos,
no nos permitieron cumplir esta vez
con la regularidad programada.
Gracias por comprendernos.
A seis meses:
breve balance
Desde el 28 de febrero de este año, han pasado ya más de seis meses desde nuestra llegada a Diego de Almagro. En su brevedad, ha sido un tiempo intenso. A veces, hemos tenido la impresión de que llevamos mucho más tiempo de lo que señala el calendario. La gente nos dice algo semejante: “nos parece que nos conocemos desde siempre”. Quizás, todo esto, sea reflejo de un mutuo entendimiento que ha resultado fácil, de una recíproca acogida que ha sido amable, y de un profundo deseo de caminar juntos como pueblo y como Iglesia.
Desde nuestra comunidad SSCC, podríamos decir con certeza que el norte nos ha atraído de una manera muy peculiar. Más de lo que pudiéramos haber imaginado. Y nos referimos tanto a su paisaje físico como a su paisaje humano. Si creímos en algún momento encontrarnos con un pueblo pasivo y quizás abrumado por los últimos aluviones sufridos, nos equivocamos. Nuestro pequeño pueblo está lleno de actividad e iniciativa; su gente es ocurrente y emprendedora, y nuestra comunidad parroquial es una muestra de ese empuje que combina bien la autonomía de los laicos y la necesaria comunión eclesial.
Nuestra casa en la villa de emergencia es un ícono de lo que hemos tratado de ser y hacer en este tiempo, conforme a la visión y misiónque se nos entregó desde la comunidad provincial de la Congregación: una vida sencilla, en medio de la gente, dando testimonio de Jesús con la simple presencia, siendo parte de una comunidad eclesial a la que nos hemos sumado como unos hermanos más con la manera de ser de cada uno. Las tareas pastorales las hemos asumido con gozo: Enrique a cargo de la parroquia, Gabriel sirviendo especialmente en Inca de Oro, Javier acompañando a los bailes religiosos, Rafael animando a los jóvenes. Más allá de esto, vamos asumiendo en comunión los diferentes pequeños servicios que una parroquia demanda. Incluso, la total autonomía económica se nos ha dado muy bien en todo momento.
En este tiempo, han ido surgiendo necesidades nuevas para la comunidad parroquial: la presencia en las escuelas, la comunicación social, la llegada de inmigrantes extranjeros, la formación humana y cristiana, la reanimación de los bailes religiosos, la pobreza de varias familias, entre otros desafíos. Las respuestas han ido llegando poco a poco: una pastoral juvenil renovada, un programa de radio de dos horas semanales, el servicio al migrante, los cursos de formación, el apoyo a los bailes, la ayuda solidaria.
Nuestra presencia en la diócesis ha sido también muy fraterna. Bien acogidos y apoyados por el obispo, hemos sentido una gran cordialidad de parte del resto de los presbíteros y de los demás servidores diocesanos. Sin ninguna restricción nos sentimos totalmente integrados en esta querida Iglesia de Atacama. Sentimos que “se nos quiere” y que se valora un tipo de vida religiosa que, hasta ahora, no estaba presente en la diócesis. Por todo esto y mucho más, damos gracias al Señor y bendecimos su nombre.
45 años de
vida comunal
El reciente 19 de agosto, nuestra comuna de Diego de Almagrocumplió 45 años de vida. Fue en 1972, cuando el entonces presidente Salvador Allende firmó el decreto de su creación con el nombre original de Pueblo Hundido, nombrando a Florencio Vargas Díaz como su primer alcalde. El alcalde tuvo un trágico destino: el 24 de septiembre de 1973 fue encontrado muerto en un pequeño calabozo de la unidad de Carabineros de la ciudad, donde había sido encarcelado el día anterior. Vargas, militante socialista, tenía entonces 65 años de edad. En 1977, el gobierno central decidió cambiar el nombre de Pueblo Hundido por el de Diego de Almagro, estimando que este último honraba mejor a su población; la que, en todo caso, nunca fue consultada sobre esta nueva nominación.
Durante la semana previa al pasado 19 de agosto, toda la ciudad estuvo de fiesta, y, el día mismo, se realizó por la tarde undesfile cívico que congregó a las diversas organizaciones sociales del pueblo. Con esta ocasión, el actual alcalde Isaías Zavala Torres pronunció el discurso de rigor, enfatizando la recuperación de la comuna después de los daños sufridos por los aluviones de marzo de 2015 y mayo de 2017.
Un poco más de historia
El otro Diego
De estatura pequeña, rostro llamativo, inteligente, perspicaz, audaz, entusiasta, emprendedor… Así describen sus contemporáneos a Diego de Almeyda, ese “otro Diego” quien bien pudo haber dado su nombre al antiguo Pueblo Hundido, hoy Diego de Almagro. Nació en la ciudad de Copiapó en 1780 y falleció en Santiago en 1856, a los 76 años de edad. Su padre fue un portugués, Cayetano Almeyda, y su madre, una chilena nacida en Coquimbo, María Antonieta Aracena. El matrimonio se estableció de inmediato en Copiapó a fin de dedicarse a la industria minera, y en Copiapó nació Diego. Tenía 25 años cuando su padre falleció. Se estableció entonces en Valparaíso y Rancagua, comerciando productos agrícolas. En Rancagua conoció a su esposa,Rosario Salas, con quien tuvo 9 hijos.
Diego siempre apoyó los esfuerzos independentistas de los criollos chilenos, durante los acontecimientos que se desarrollaron entre 1810 y 1818. Fue hecho prisionero por las fuerzas realistas españolas, pero logró liberarse. Culminada la independencia, se acordó de las tareas de su padre, regresó a Copiapó y se convirtió en uno de los más notables exploradores mineros del desierto de Atacama. De hecho, se le considera fundador de los puertos de Caldera y Chañaral, por donde él mismo embarcaba hacia Europa el producto de las numerosas vetas minerales que iba descubriendo, en lo que es hoy la región de Atacama.
Cuentan que Almeyda recorría gran parte del desierto a pie y dormía donde lo encontraba la noche, cavando un lecho en la arena. Cuando ya tenía 73 años, acompañó al naturalista alemánRodolfo Philippi, en una expedición de reconocimiento del desierto de Atacama, organizada por el Estado. Almeyda solía llevar consigo sarmientos de higuera y semillas de árboles frutales que iba plantando en las aguadas que encontraba en el desierto. Decía, “los otros viajeros que vengan podrán encontrar sombra y frutos en sus viajes”. Benjamín Vicuña Mackenna lo graficó con estas palabras: “Dios creó los desiertos y Diego de Almeyda, sus oasis”.
Breves
Baile religioso en Inca. Pasada la fiesta de San Lorenzo en Inca de Oro, que contó con la visita de los bailes religiosos de Diego de Almagro, surgió en la comunidad incana el deseo de tener un baile religioso propio. En realidad, hubo en Inca un baile religioso que hace años emigró a Chañaral. Este anhelo se ha ido concretizando en las últimas semanas, con el apoyo de los bailes de Diego, que están organizados como agrupación de bailes religiosos “Fernando Ariztía Ruiz”. Ya se ha formado una directiva elegida por las personas que están tratando de concretizar esta idea. Lo que está claro es que debe ser un baile que refleje la identidad del minero de Inca de Oro.
Curso bíblico en nuestra parroquia. Coincidiendo con el “mes de la Biblia”, ha comenzado un curso sobre Jesús en los Evangelios, en la sede de nuestra parroquia Diego de Almagro. Esta actividad se inició el sábado 2 de septiembre, a cargo de Gabriel Horn, y continuará los sábados 9, 16 y 23 de septiembre, a cargo de Enrique Moreno. En la primera sesión ya realizada, participaron 45 personas.
Reunión presbiteral en Copiapó.Se acaba de realizar en la ciudad de Copiapó, la reunión bimensual del presbiterio de la diócesis de Copiapó, durante los días 4 y 5 de septiembre. El encuentro comenzó con un interesante intercambio acerca de “la soledad sacerdotal”; una realidad que suele darse, sobre todo en el presbiterio diocesano, y que requiere de atención y mutua ayuda entre los presbíteros. Se abordaron enseguida otros temas relacionados con la pastoral juvenil, la visita del papa Francisco a Chile y diversas actividades diocesanas.
Encuentro juvenil en Calama. La juventud católica del norte del país se reunirá en Calama durante los días 7, 8 y 9 de octubre próximos. Es el segundo encuentro de este nivel que se realiza en los últimos años. Un entusiasta grupo de 16 jóvenes de Diego de Almagro ya ha confirmado su participación. Irán acompañados por nuestro hermano Rafael García y otros asesores laicos.
Visitas. De visita en nuestra comunidad ha estado un religioso y sacerdote SSCC del Perú, Rufino Valeriano (47). Rufino, originario del departamento de Puno, en el sur andino peruano, recibió la ordenación presbiteral hace 5 años, en 2012. Durante esta semana, estará con nosotros Francisco Horn, hermano de Gabriel, y su esposa. A fin de mes, llegarán a Diego los hermanos de Enrique.
La fiesta de los jóvenes. La Pastoral Juvenil se halla preparando el más ambicioso de sus proyectos: la Fiesta de la Primavera. Serán tres días donde se han convocado a diversas instituciones de la ciudad a participar con una alianza, todo orientado a encontrarnos y pasarlo bien juntos. ¡Ya les contaremos cómo les fue!
Rostros
Hace 21 años, Cecilia Díaz dejó su tierra natal de Vallenar para instalarse, hasta hoy, en Diego de Almagro. Es asistente social, profesión que hoy desarrolla en el hospital comunitario de nuestra comuna; pero, además, es concejala municipal, reelegida para un segundo período en las pasadas elecciones de 2016. Quienes la conocen de cerca, destacan en ella su enorme sensibilidad ante las necesidades de los seres humanos y su buena disposición para servir a la comunidad. Este hecho, de ejercer un cargo de elección popular en la comuna, es una muestra más de su arraigo y compromiso con Diego de Almagro.
Usted ya se quedó en Diego de Almagro…
Bueno, llevo 21 años acá. Aquí formé familia, me hice de amigos; me siento dieguina, este es mi pueblo.
¿Y viaja de vez en cuando a Vallenar?
Sí... Viajo a ver al resto de mi familia y visitar Vallenar, que es tan hermoso; sobre todo ahora, que ha llovido y el desierto florido está tan lindo. Iré ahora en septiembre.
Usted trabaja en el hospital, díganos ¿por qué nuestros niños no pueden nacer en Diego de Almagro?
Bueno... Nuestro hospital es un hospital pequeño, un hospital comunitario, de baja complejidad; hay 7 médicos jóvenes generales de zona, pero no hay especialistas. Cualquier caso médico más complejo debe ser derivado a Copiapó. En este sentido, hace unos 10 años, tuvimos un problema serio, por falta de especialistas, en un parto: murió un recién nacido, la madre quedó con graves secuelas y falleció también al cabo de un año. Desde entonces se suspendieron los nacimientos en Diego.
Entonces, ¿todos los niños dieguinos aparecen nacidos oficialmente "en Copiapó"...?
Así es. Es lamentable. Sería fantástico que esta situación cambiara. Pero no lo veo, en el corto plazo.
Dicen que el hospital se reconstruirá. ¿Es efectivo?
Sí, así será. Es una idea que se viene trabajando desde hace 12 años. Hemos presionado mucho para conseguirlo. Se reconstruirá en el mismo lugar, con un ala de 2 pisos y otra de 3. Pero seguirá siendo un hospital de baja complejidad. Provisoriamente nos trasladaremos a otro lugar de la ciudad. Si todo marcha bien, en 2020 deberíamos tener el nuevo hospital. Si no, la comunidad debería movilizarse para presionar y conseguir este objetivo.
Cecilia, usted, por su propio trabajo, enfrenta a diario una diversidad de problemas sociales. Aquí, en Diego, ¿cuál es el que más le preocupa?
Sin duda, el tema de la droga, tanto en los niños como en los jóvenes. Es un tema que no solo los involucra a ellos, sino también a sus familias. Es un problema que ha venido creciendo con los años. Es cierto que tenemos en la ciudad un centro de rehabilitación, pero es para adultos, ¿y qué hacemos con los niños?
¿Qué drogas se están consumiendo en Diego?
La pasta base, la marihuana, algunos medicamentos como anfetaminas...
En el último tiempo, ¿se ha incrementado este consumo?
Mire... Yo llevo trabajando este tema desde hace 12 o 14 años, y vamos de menos a más. Incluso hay niños de 10 a 12 años que se drogan.
¿Qué pasa entonces en las familias?
No hay estabilidad familiar. Hay poca perseverancia en la vida de pareja y muchas fracturas familiares. Los niños quedan solos. El sistema de crianza no está siendo efectivo. No hay confianza entre padres e hijos. La calle reemplaza a la casa y los niños recurren a malas amistades. La casa dejó de ser un espacio de apoyo y protección de los hijos.
¿Por qué optó usted por ser concejala?
La verdad es que mi vocación es más social que política. Sabiendo que hoy en día los políticos están desprestigiados, me dije, ¿por qué no aportar? En realidad, no ha sido por buscar un cargo político… Ha sido más bien por la oportunidad de llevar a cabo un auténtico servicio social.
Y Cecilia continúa su servicio. De bajo perfil, discreta, sencilla, amable, disponible, sigue siendo muy apreciada por quienes trabajan con ella o se benefician de su atención siempre abierta a todos. Sonríe, y repite con convicción, “este es mi pueblo, soy dieguina”.
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