viernes, 31 de mayo de 2019


MISION ATACAMA
Nº 1 – 15 de marzo de 2017
Editado por Comunidad Atacama SSCC – Diego de Almagro
Aparece cada 15 días. Próxima edición: 30 de marzo de 2017



En este 15 de marzo de 2017, damos inicio a nuestro blog “Misión Atacama”. Por cierto, estamos aludiendo a la nueva misión de la congregación de los Sagrados Corazones (SSCC) en Chile, que acaba de instalarse en Diego de Almagro, región de Atacama, correspondiente a la diócesis de Copiapó. Somos cuatro los hermanos que hemos sido designados para esta misión: por orden de edad, los sacerdotes Enrique Moreno Laval (76), Gabriel Horn Feja (64) yJavier Cárdenas Hurtado (37); y el estudiante de votos temporales,Rafael García Palomer (26).


El propósito de este blog es compartir con ustedes, cada 15 días, lo que vamos viviendo en esta experiencia de inserción en medio de este pueblo atacameño, sirviendo además la comunidad de la parroquia Espíritu Santo de Diego de Almagro. Desde ya gracias por la acogida de cada uno de ustedes.





De Pueblo Hundido a Diego…
¿de Almagro o de Almeyda?


Desde que llegamos hemos escuchado la versión de que “este pueblo, que se llamó Pueblo Hundido hasta 1977, debió haberse llamado Diego de Almeyda y no Diego de Almagro”. Y esto, ¿por qué? Porque Diego de Almeyda (1780-1856) fue un conocido explorador y empresario minero en esta región, a quien se le atribuyen además las fundaciones de las actuales ciudades de Caldera y Chañaral. “Este pueblo se merecía su nombre, esa era la idea, y alguien de la administración central del país simplemente se equivocó” –nos dicen algunos vecinos. 

En todo caso, en beneficio del conquistador Diego de Almagro, digamos que cuando él ingresó a Chile, después de una trabajosa expedición desde el Perú, lo hizo por estas tierras vecina a Copiapó.


Diego de Almagro


Los datos de hoy


Mapa de la Provincia de Chañaral (o Valle Norte)
Hoy por hoy, Diego de Almagro es una comuna integrada en la provincia de Chañaral de la región de Atacama. Tiene una población estimada sobre los 11 mil habitantes, distribuida en las localidades de Diego de Almagro (capital comunal); El Salvador (sector minero); e Inca de Oro, un poblado de apenas 400 habitantes. Las cifras definitivas se conocerán después del próximo censo del 19 de abril, pero es un hecho que la comuna ha ido descendiendo en población, a partir de 2002, cuando el censo de entonces registró una población de 18 mil 589 habitantes.


La ciudad misma de Diego de Almagro está situada 149 kilómetros al norte de Copiapó. El Salvador, a 57 kilómetros de Diego, en dirección oriente y a 2 mil 500 metros de altura. Inca de Oro, se encuentra 50 kilómetros al sur de Diego, yendo hacia Copiapó. Por otra parte, Chañaral, la capital provincial, se encuentra 70 kilómetros al poniente de Diego, junto al mar.



Nuestra llegada
e instalación en Diego


Gabriel había llegado a Diego una semana antes de la instalación de la comunidad en pleno, lo que ocurrió el martes 28 de febrero. Después de 13 horas de viaje en bus, Enrique, Javier y Rafael, desembarcaron en la avenida Juan Martínez de Rozas, vía principal de Diego. Nos instalamos de inmediato en la casa parroquial, adosada al templo, donde encontramos un lugar muy adecuado: 4 habitaciones, dos baños, una sala para comedor y estar, y una pequeña capilla. Todo muy bien equipado y ordenado. La casa está situada en calle Rafael Torreblanca 900, a media cuadra de la plaza Salvador Allende, la principal de la ciudad. Como comunidad SSCC hemos considerado que esta residencia será provisoria, mientras encontramos un lugar que nos permita estar insertos en un barrio más periférico de la ciudad.


Al día siguiente, 1 de marzo, se celebraba el miércoles de cenizascon el inicio de la Cuaresma. Fue la oportunidad para estrenarnos con la comunidad cristiana. Desde un principio, la acogida de la gente se ha caracterizado por su calidez y alegría. Nos hemos encontrado con una comunidad cristiana muy bien organizada, y con una notable participación de laicos adultos, hombres y mujeres.






Con el Obispo
y el clero de la diócesis


Monseñor Aós
Nuestra llegada aconteció justo a tiempo para participar en el primer encuentro anual del clero de la diócesis de Copiapó con su obispo, don Celestino Aós, un religioso capuchino español de 72 años de edad. El encuentro se realizó durante los días 6 y 7 de marzo en la casa de retiro Nuestra Señora de la Candelaria en Copiapó. El clero propiamente diocesano está formado por unos 18 sacerdotes, a los que se suman los religiosos salesianos, franciscanos conventuales y ahora nosotros SSCC.




La acogida recibida de parte de todos fue muy grata. En un clima de mucha sencillez, pudimos integrarnos fácilmente a este grupo que parece compartir su ministerio con mucha fraternidad, en una buena integración de sacerdotes chilenos con otros que vienen de España, Italia y Malta. Elobispo aprovechó la ocasión para informarnos en detalle de la reciente visita ad limina de los obispos chilenos y del encuentro con el papa Francisco. En la misma oportunidad, el obispo Celestino firmó el decreto de nombramiento de Enrique como párroco en Diego de Almagro.



La parroquia Espíritu Santo


Nuestra parroquia lleva el nombre Espíritu Santo y fue fundada en 1965. Su territorio incluye el pueblo de Diego de Almagro y la localidad de Inca de Oro. El Salvador constituye otra parroquia con el nombre de El Divino Salvador y su párroco es el sacerdote Enrique Balzan, quien antes atendía también Diego. Nuestra parroquia cuenta con 3 capillas: Nuestra Señora de los Dolores, San Francisco de Asís y San Alberto Hurtado. Existen 4 grupos de bailes religiosos, cuya participación principal del año tiene lugar el 16 de julio, en la fiesta de Nuestra Señora del Carmen. Funcionan también 6 comunidades cristianas de base (CCB) y todas las demás instancias de preparación sacramental y de solidaridad con los más necesitados. Según el censo de 2002, hace 15 años, el 70 por ciento de la población comunal se reconocía de religión católica.





En nuestra comunidad de misión, ya estamos distribuyéndonosalgunos servicios. Además de la tarea propia del párroco que asume Enrique, Gabriel se dedicará a acompañar más de cerca la comunidad de Inca de Oro, Javier se conectará con las CCB y los bailes religiosos, y Rafael asesorará la pastoral juvenil e integrará el equipo de comunicaciones junto a Enrique y un par de laicos. Dentro de todo esto, seguimos buscando un trabajo “civil” que nos permita integrarnos más en la realidad local y sustentar la vida con ese trabajo.


Otros servicios


Los cuatro integrantes de la comunidad ya nos hemos inscrito como voluntarios para ser censistas en el Censo Nacional programado para el 19 de abril. Además del objetivo propio de colaborar con la comunidad, será una preciosa oportunidad para tomar un contacto muy directo con varias familias dieguinas.

Muy pronto queremos asumir una tarea de comunicación radial. Una emisora local nos nos ofrece un par de horas en día domingo por un pago que no es mucho (30 mil pesos al mes), pero que igualmente tenemos que ver cómo financiarlo. Creemos que es una actividad que puede ser útil para transmitir los valores del Evangelio en directa interacción con la comunidad de Diego.


Villa de Emergencia

Rostros


Nació en Chanco, región del Maule, un 16 de agosto de 1929, pero fue criado en Atacama, donde ha vivido hasta ahora. Cumplirá 89 años de edad dentro de cinco meses. Se trata de Raúl Orellana, diácono permanente en la parroquia Espíritu Santo de Diego de Almagro. El 15 de noviembre cumplirá25 años de diaconado. Su esposa Raquel falleció en 2015. Tuvieron tres hijos. Es nuestro rostro de hoy.



Don Raúl, ¿cuál ha sido la actividad laboral de su vida?
Primero trabajé en “fierrería”, en la ciudad de Vallenar, pero pronto me vine a Inca de Oro donde viví casi 25 años trabajando en la minería. Después me vine a Diego de Almagro, trabajando siempre en minería hasta jubilarme, y aquí he permanecido hasta el día de hoy. En ese tiempo, Diego era una ciudad muy próspera, fíjese...

¿Cómo surgió esta posibilidad de ser diácono permanente?
Todo comenzó por un contacto casual con el padre Bernardo Rodrigo cuando yo vivía en Inca, y trabajaba en la mina Bella Ester. Él me fue convenciendo de integrarme al trabajo de la Iglesia. Después, estando ya en Diego, el padre José Serrano me invitó a prepararme para el diaconado. Un día, el obispo Fernando Ariztía estuvo aquí en mi casa, reunió a toda mi familia, y les preguntó si todos estaban de acuerdo en que yo fuera diácono. “Si alguno se opone, no será diácono” –dijo el obispo. Y como todos estuvieron de acuerdo, el mismo obispo me ordenó el 15 de noviembre de 1992, después de cinco años de preparación en Copiapó, en la escuela diaconal. Yo le dije al obispo: “Somos instrumentos en las manos de Dios”. Nada más.


¿En qué consiste su trabajo aquí en Diego?
Gracias a Dios, mi salud todavía me sostiene bien, y además de acompañar las liturgias y sacramentos en el templo, recorro el pueblo visitando a los enfermos y llevándoles la comunión y consuelo. También estoy encargado de la ayuda fraterna junto a otras personas.


¿Cómo recibe usted la llegada de los religiosos de los Sagrados Corazones?
Como una bendición de Dios. Nos sentíamos algo postergados porque esta parroquia, últimamente, no había tenido estabilidad con sus sacerdotes. Incluso había habido problemas con algunos de ellos. Ahora estamos muy contentos. Creemos que se reactivará la fe en nuestro pueblo. Muchos van a volver, lo van a ver ustedes. Esperemos que esta presencia sea por mucho tiempo.

De verdad, don Raúl nos ha impresionado por su calidad personal y por la abnegación de su servicio sencillo y humilde. Es una autoridad moral en el pueblo, donde es por todos querido y respetado. Su presencia ha asegurado la continuidad pastoral en las últimas décadas. De él vamos aprendiendo cada día.


Don Raúl a la salida de la Parroquia

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